domingo, 31 de enero de 2016

POSICIONAMIENTO DE ECOLOGISTAS EN ACCIÓN RESPECTO A LA BIOMASA




Ante toda la controversia suscitada respecto a la instalación en Monzón de la planta incineradora de biomasa, Ecologistas en Acción quiere dejar clara su postura respecto a la utilización de la biomasa como recurso energético.

Ecologistas en Acción manifiesta que ante problemas como el cambio climático y la dependencia de los combustibles fósiles, fomentar y regular el aprovechamiento energético de la biomasa es necesario si se quiere conseguir un cambio de modelo energético. Las energías renovables tienen que ser el vector de cambio de este modelo, en el cual otras tecnologías, como la nuclear, no tienen que tener cabida. Además, el aprovechamiento de la biomasa de residuos forestales puede jugar un papel importante a la hora de prevenir incendios; como tampoco hay que olvidar que el aprovechamiento de la biomasa puede generar desarrollo y revitalización en numerosas zonas rurales.


Ahora bien, por otro lado, Ecologistas en Acción quiere manifestar que los usos de la biomasa para estas finalidades no pueden hacerse a cualquier precio. Hay que considerar, entre otros, los siguientes aspectos: 

-  La biomasa no es ninguna panacea para solucionar problemas como el cambio climático o la dependencia energética. Reducir el consumo energético tiene que ser la máxima prioridad. 

-  La producción de cultivos para aprovechamiento energético sólo se tiene que permitir si se utilizan técnicas de agricultura ecológica. La utilización de agroquímicos derivados del petróleo tendría que estar prohibido en estas aplicaciones. Esto tiene sentido tanto desde un punto de vista puramente ecológico, como de la dependencia del petróleo.   La agricultura intensiva hace improductivos los suelos a medio plazo.  En el proyecto de Monzón se plantean realizar cultivos intensivos de hasta 30.000 árboles por hectárea, con cortas periódicas cada 3 años.  Las plantaciones tendrían una vida útil de 20 años.  Transcurrido ese tiempo, los suelos quedarían tan deteriorados que harían falta años para volver a plantar cualquier otro tipo de cultivo.

-  Los largos desplazamientos de biomasa se tienen que evitar, puesto que no tienen sentido desde un punto de vista del aprovechamiento energético ni de la contribución al cambio climático. En el proyecto que pretende instalarse en Monzón se llega al absurdo de tener que traer la madera desde un radio de 60 kilómetros.  Cualquier instalación de aprovechamiento de biomasa debe dimensionarse en función de la disponibilidad del recurso de dicha biomasa en el entorno próximo.

-  Hay que remarcar que las plantaciones forestales no son bosques y no se pueden considerar propiamente como ecosistemas naturales. Su grado de biodiversidad es realmente bajo. Habría que compatibilizar cualquier explotación forestal con el mantenimiento de los ecosistemas, o en su caso de los agroecosistemas previamente existentes.  Para el proyecto de Monzón se estiman necesarias 13.600 hectáreas de regadío en el mencionado radio de 60 kilómetros.  ¿Cuántos cultivos sería necesario modificar?

-  Y por último, los cultivos para aprovechamiento energético no pueden entrar en competencia con la producción de alimentos, que tiene que ser prioritaria en una sociedad en la que cada vez más gente pasa hambre. Se tiene que tener en cuenta además que los cultivos (y su aprovechamiento energético) también son consumidores de agua. No se puede solucionar el problema de dependencia energética agravando la escasez de este recurso. 

En conclusión:

Las energías limpias son la única alternativa y se tienen que fomentar, sobre todo en un momento como el actual en que el cambio climático y el pico del petróleo ya son realidad. Ante esta perspectiva de adicción a la energía, aparecen nuevas quimeras (o no tan nuevas), como el fracking (obtención de gas no convencional del subsuelo por fractura hidráulica de rocas) o la controvertida energía nuclear, que no hacen sino hundirnos más en un modelo energético malgastador e insostenible. La biomasa puede jugar un papel importante en el mix eléctrico del futuro, pero se tiene que regular correctamente su uso para aprovechar todo su potencial.  El proyecto de Monzón incumple la mayor parte de criterios expuestos anteriormente.  El proyecto de Monzón no es ni renovable, ni sostenible, ni adecuado. 


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