Ante
toda la controversia suscitada respecto a la instalación en Monzón de la planta
incineradora de biomasa, Ecologistas en Acción quiere dejar clara su postura
respecto a la utilización de la biomasa como recurso energético.
Ecologistas
en Acción manifiesta que ante problemas como el cambio climático y la
dependencia de los combustibles fósiles, fomentar y regular el aprovechamiento
energético de la biomasa es necesario si se quiere conseguir un cambio de
modelo energético. Las energías renovables tienen que ser el vector de cambio
de este modelo, en el cual otras tecnologías, como la nuclear, no tienen que
tener cabida. Además, el aprovechamiento de la biomasa de residuos forestales
puede jugar un papel importante a la hora de prevenir incendios; como tampoco
hay que olvidar que el aprovechamiento de la biomasa puede generar desarrollo y
revitalización en numerosas zonas rurales.
Ahora
bien, por otro lado, Ecologistas en Acción quiere manifestar que los usos de la biomasa para
estas finalidades no pueden hacerse a
cualquier precio. Hay que considerar, entre otros, los siguientes
aspectos:
- La
biomasa no es ninguna panacea para solucionar problemas como el cambio
climático o la dependencia energética. Reducir el consumo energético tiene que
ser la máxima prioridad.
- La
producción de cultivos para aprovechamiento energético sólo se tiene que
permitir si se utilizan técnicas de agricultura ecológica. La utilización de
agroquímicos derivados del petróleo tendría que estar prohibido en estas
aplicaciones. Esto tiene sentido tanto desde un punto de vista puramente
ecológico, como de la dependencia del petróleo. La
agricultura intensiva hace improductivos los suelos a medio plazo. En el
proyecto de Monzón se plantean realizar cultivos intensivos de hasta 30.000
árboles por hectárea, con cortas periódicas cada 3 años. Las plantaciones tendrían una vida útil de 20
años. Transcurrido ese tiempo, los
suelos quedarían tan deteriorados que harían falta años para volver a plantar
cualquier otro tipo de cultivo.
-
Los largos desplazamientos de biomasa se tienen que evitar,
puesto que no tienen sentido desde un punto de vista del aprovechamiento
energético ni de la contribución al cambio climático. En el proyecto que pretende instalarse en Monzón se llega al absurdo de
tener que traer la madera desde un radio de 60 kilómetros. Cualquier instalación de aprovechamiento de biomasa
debe dimensionarse en función de la disponibilidad del recurso de dicha biomasa
en el entorno próximo.
-
Hay que remarcar que las plantaciones forestales no son bosques
y no se pueden considerar propiamente como ecosistemas naturales. Su grado de
biodiversidad es realmente bajo. Habría que compatibilizar cualquier
explotación forestal con el mantenimiento de los ecosistemas, o en su caso de
los agroecosistemas previamente existentes.
Para el proyecto de Monzón se
estiman necesarias 13.600 hectáreas de regadío en el mencionado radio de 60
kilómetros. ¿Cuántos cultivos sería
necesario modificar?
- Y por
último, los cultivos para aprovechamiento energético no pueden entrar en
competencia con la producción de alimentos, que tiene que ser prioritaria en
una sociedad en la que cada vez más gente pasa hambre. Se tiene que tener en cuenta además que
los cultivos (y su aprovechamiento energético) también son consumidores de
agua. No se puede solucionar el problema de dependencia energética agravando la
escasez de este recurso.
En
conclusión:
Las
energías limpias son la única alternativa y se tienen que fomentar, sobre todo
en un momento como el actual en que el cambio climático y el pico del petróleo
ya son realidad. Ante esta perspectiva de adicción a la energía, aparecen
nuevas quimeras (o no tan nuevas), como el fracking (obtención de gas no
convencional del subsuelo por fractura hidráulica de rocas) o la controvertida energía nuclear, que no hacen
sino hundirnos más en un modelo energético malgastador e insostenible. La
biomasa puede jugar un papel importante en el mix eléctrico del futuro, pero se
tiene que regular correctamente su uso para aprovechar todo su potencial. El proyecto de Monzón incumple la mayor parte
de criterios expuestos anteriormente. El proyecto de Monzón no es ni renovable, ni
sostenible, ni adecuado.
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